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El extraño amor de los conservadores norteamericanos por Putin

La derecha apasionada por el líder ruso

Publicado: 2014-03-06

Aunque podría parecer contraintuitivo pensar que el presidente ruso, Vladimir Putin, pueda convertirse en el icono de los conservadores en Estados Unidos hay varias posibles explicaciones a esta inesperada alianza. Lo curioso es no solo la simpatía con la que la varios conservadores se expresan respecto a Putin, podrían ser explicables por el impulso de leyes que podrían ser consideradas como conservadoras. Lo sorpredente es la admiración, en ocasiones desmedida, por la figura del líder ruso. 

Durante la Guerra Fría el sentimiento anti-ruso creció en Estados Unidos como parte del anti-comunismo. Todo movimiento de izquierda era considerado pro-soviético. Más allá que el único pro-soviético era el Partido Comunista. Incluso movimientos que podrían ser considerados como socialismo con caracteres norteamericanos como el socialismo pacifista de Eugene Debs y Norman Thomas o el socialismo sindicalista de Daniel De Leon, todos eran desprestigiados.

Pero en un mundo post Guerra Fría, la imagen de un líder rudo que proyecta Putin genera admiración en los conservadores que caracterizan a Obama como un presidente dubitativo. También son sus políticas sociales, Putin ha estrechado sus lazos con la Iglesia Ortodoxa Rusa, su crítica al matrimonio gay y lo que considera valores occidentales. Su defensa de los valores tradicionales del cristianismo ha sido un punto clave para conectar con la derecha cristiana norteamericana. Pero no solo eso su predisposición a la reducción de impuestos también parece encajar con quienes se consideran conservadores fiscales.

Ronald Reagan señaló que el territorio que antes ocupo el Imperio Ruso como el foco del mal en el mundo moderno. Los conservadores de hoy parecen ver a Rusia como el paraíso, Putin es su nuevo Regan. Matt Drudge, periodista que reveló como primicia el escándalo Lewinsky, llegó a decir que "Putin era el líder del mundo libre". Incluso la históricamente anticomunista National Review publico un artículo en el que pese a las características autoritarias del régimen ruso, catalogaba al ex-agente de la KBG como un héroe frente a las a decadentismo occidentalista.

Pero no solo son unos cuantos periodistas simpatizantes de Putin. El propio Pat Buchanan, candidato presidencial en las primarias republicanas del 1992 y 1996, ha expresado en diversas ocasiones su admiración por el ex-miembro del Partido Comunista Soviético. Lo considera un paleoconservador es decir un conservador tradicionalista contrario a las tendencias globalizadoras de los neoconservadores y liberales. 

En días recientes, incluso con la invasión a Crimea su popularidad sigue en pico. La ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, también ha hecho comentarios favorables hacia Putin, señalando que es alguien valiente que no teme luchar con osos. El popular conductor de radio, Rush Limbaugh, señalo que Putin no teme interrumpir los premios Óscar si el motivo es informarle a su población los acontecimientos (en la web del polémico Limbaugh también está la famosa foto Putin sin polo). Más gestos que acciones parece ser lo que atrae a los conservadores a Putin. El fiel compromiso de los medios liberales con Obama ha antogonizado la disputa.

En 1969, el famoso economista Murray Rothbard abandonó el movimiento conservador públicamente en una convención organizada por Young Americans for Freedom, cuando señalo que el moviemiento conservador era el movimiento de los exes (ex-comunistas, ex-maoístas, ex-trotskistas) y que el ya no podía ser considerado de derecha si los líderes eran esos exes. Probablemente ni siquiera Rothbard hubiera imaginado que el movimiento conservador norteamericano señale como icono a un ex-miembro del Partido Comunista Soviético y ex-agente de la KGB. 


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