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Una comedia comunista adolescente

The Trotsky (Jacob Tierney, Canadá, 2009)

Publicado: 2014-07-30

La ópera prima de Jacob Tierney es una arriagada pero hilarante comedia ambientada en un colegio público en la separatista y francófona Québec. Sin embargo la película más está en su gran mayoría en inglés una actitud desafiante especialmente cuando los policías le hablan en francés al personaje de la trama Leon Bronstein (Jay Baruchel). Baruchel encarna a un adolescente que cree ser la reencarnación de León Trotsky y como tal está decidido a seguir los pasos del revolucionario ruso. El nuevo Leon Bronstein es un joven que vive en una acomodada familia judía en Montreal y asiste a una colegio privado. Pero luego una discusión con su padre David Bronstein (Saul Rubinek) acerca del intento del Leon de organizar un sindicato en la fábrica de la familia las situaciones se vuelven tensas y decide irse a un colegio público dónde lo primero que hará en en esa institución será de encontrar al consejo estudiantil tratando de radicalizarlo, encontrando al director y algunos de los profesores cercanos a la dirección como fascistas. Organizando protestas es como conoce a Frank McGovern (Michel Murphy) un antiguo radical ahora dedicado a ser abogado quién se vuelvo uno de sus más cercanos colaboradores y por vía a quién conoce a una estudiante de postgrado llamada Alexandra (Emily Hampshire) de la que queda completamente enamorado. Una de las actividades que organiza es el baile estudiantil en lo tradicionalmente sería una apolítica celebración, el sugiere como del baile la justicia social, es entonces que alumnos llegan disfrazados de Black Panthers, Zapatistas, entre otras representaciones del imaginario revolucionario. El punto más álgido de la cinta viene cuando organiza una huelga luego de lo cual es atrapado por la policía por tomar las instalaciones del colegio. Luego de eso le espera un nuevo destino cuando decide partir de Montreal para ir al V.I. Lenin (Jacob Tierney) con el de cumplir su destino revolucionario.

La película misma se escucha de parte de los estudiantes un cuestionamiento al radicalismo de Leon y a la seriedad de sus propuestas. En las conversaciones el propio Leon parece alejarse la ortodoxia del marxismo para acercarse a la idealización del propio Trotsky. La figura de Leon como un joven idealista y romántico no se distancia de la descripción de la juventud sin embargo el aparente firme compromiso político que sostiene por más que ingenuo para algunos se ve sincero. La película hoy tiene más relevancia que hace algunos años pues en la realidad candiense y en particular la de Québec, las protestas estudiantiles, esta vez universitarias, han sido un manifestación del cansancio de la juventud frente a un sistema que para ellos no funciona, en medio de las marchas apareció que bien podría haber tenido lugar en la cinta, Anarchopanda, un profesor de filosofía con un disfraz de oso panda que buscaba apaciguar los ánimos entre los manifestantes y la policía. Personajes casi surrealistas han sido parte de la historia del cine pero también de la realidad en sí misma. The Trotsky tal vez no será la película más política de los últimos años en Canadá pero sí una reflexión sobre la ironía de que la juventud acusada hasta hace no mucho de ser apolítica puede pasar de la noche a la mañana a una actitud militante.


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