Las elecciones norteamericanas han estado dominados desde inicios del siglo XX por el Partido Demócrata y el Partido Republicano. Con el fracaso de los populistas al final del siglo XIX, fue difícil a lo largo del siglo pasado que se generará una auténtica competencia fuera de ese duopolio. En 1971 se creó en el contexto de la Guerra de Vietnam el Partido Libertario basado en los principios del liberalismo clásico apoyando una política exterior anti-intervencionista, mercado libre, legalización de las drogas, matrimonio gay y eliminación de impuestos. Sin embargo no estuvo bajo los estándares en  los que la mayoría de partidos entran la clásica división izquierda / derecha si bien el partido tenía una orientación más hacia el capitalismo laissez faire incluía una importante porción anarcocapitalistas. Incluso en una conferencia nacional del partido el orador fue Murray Bookchin, legendario autor y activista eco-anarquista. El propio Bookchin habló de que por lo menos algunos anarcocapitalistas podían ser considerados de izquierda por su radical crítica al Estado y su asociación con las corporaciones. 

Pero en todo su historia el Partido Libertario nunca había tenido un momento como ahora que Sean Haugh, candidato al Senado por Carolina del Norte. Haugh, un repartidor de pizza contento con su trabajo decidió lanzarse como candidato para "parar las guerras" y su mensaje parece estar calando. Si en el 2002 como candidato a la misma posición obtuvo 1,4%, hoy las encuestas lo ponen entre 5% y 7%. Aunque ese porcentaje sea poco en una carrera ceñida entre la demócrata Kay Hagan y el republicano Thom Tillis, el apoyo hacia Haugh puede voltear para cualquiera de ellos. En el contexto nacional está en juego el control del senado y está es una de las elecciones más reñidas.

Haugh ha sorprendido a todos con su sencillez, humildad y simpatía. Con una campaña con pocos recursos. Su publicidad han sido unos videos subidos en YouTube en los que habla de su plataforma de gobierno con una cerveza en la mano. Diversos medios incluidos periódicos y programas de televisión lo han entrevistado lo que no suele ser común para candidatos fuera del duopolio. Su performance en el debate fue sorprendente hizo ver que Tillis y Hagan tenían muchas posturas similares que solo alimentaban el status quo. Especialmente en política exterior dónde su anti-intervencionismo parece ser la clave para atraer simpatizantes. Y aunque tal vez muchos votantes tradicionales sigan votando por los partidos habituales. Tal vez esta elección signifique un giro hacia un futuro inesperado para el Partido Libertario y candidatos como Haugh que con pocos recursos pero mucho entusiasmo han hecho sentir su voz.